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viernes, 29 de julio de 2011

Academia Norteamericana de la Lengua Española incorpora miembros numerarios



La Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE) informó hoy de que incorporó a ocho miembros numerarios, de EEUU y Canadá, la mayor expansión de esa entidad en sus 38 años de vida, de acuerdo con su presidente, Gerardo Piña Rosales.

Entre los nuevos integrantes figuran los argentinos Luis Alberto Ambroggio, Georgette M. Dorn y Leticia Molinero.

Los poemas de Ambroggio, quien reside en Washington, han sido traducidos al inglés, francés, portugués, italiano, turco y rumano. El poeta es coeditor de la antología "Al pie de la Casa Blanca: Poetas hispanos de Washington DC", mientras que Dorn es directora de la División Hispana de la Biblioteca del Congreso en Washinton y profesora de historia en Georgetown, señaló la ANLE en un comunicado de prensa.

Molinero, traductora profesional, vive en Nueva York y codirige con Laura Godfrey las comisiones de ANLE de Relaciones Públicas y ANLE-Gobierno.

Preside también la Comisión del Cibersitio de la ANLE y la Comisión para el estudio de la norma del español de EEUU.

El peruano Isaac Goldemberg es otro de los miembros numerarios de ANLE y ha publicado cuatro novelas, entre éstas "La vida a plazos de don Jacobo Lerner", seleccionada por el Yiddish Book Center de EEUU como una de las cien obras más importantes de la literatura judía en los últimos 150 años.

Esta obra fue elogiada por Mario Vargas Llosa, José Emilio Pacheco y Alfredo Bryce Echenique.

Goldemberg, que también ha publicado dos libros de relatos, trece de poesía y tres obras de teatro, dirige el Instituto de Escritores Latinoamericanos en el Colegio universitario Hostos en Nueva York, donde reside el escritor.

Otro miembro de la ANLE es el lingüista brasileño Milton Azevedo, autor de ocho libros, entre ellos "Introducción a la lingüística española" y profesor en el Departamento de Español y Portugués de la Universidad de California en Berkeley.

Por su parte, Mariela Gutiérrez, que nació en Cuba y reside en Canadá, es ensayista, crítica literaria, e investigadora y se especializa en estudios afro-hispánicos y en la literatura femenina latinoamericana del siglo XX.

Gutiérrez es autora de ocho libros que le han valido varios premios en Canadá, Francia y España.

El novelista y profesor emérito de la Universidad de California en Santa Bárbara, el español Víctor Fuentes, también figura en la lista de nuevos miembros de la Academia Norteamericana así como la costarricense Rima de Vallbona, que reside en Texas.

Vallbona ha publicado cuatro libros sobre escritoras hispanas y ha recibido premios de novela y cuento en Argentina y Colombia. Fue condecorada por el rey Juan Carlos de España con la medalla del servicio civil por su labor cultural.EFE/LIVDUCA

Fallece la escritora y dramaturga húngara Agota Kristof, conocida internacionalmente como la narradora de la infancia cruel





Agota Kristof murió ayer en su casa de Neuchâtel (Suiza) a los 75 años, según anunció su familia a la agencia de prensa húngara MTI. La casa y la familia son importantes. La primera porque tenía ascensor; la segunda -tres hijos, dos exmaridos- porque el núcleo de la obra de Kristof es un análisis sin contemplaciones de los afectos familiares.

Publicó 'El gran cuaderno' con 50 años, una dura obra lanzada en 30 países

"La abuela es la madre de nuestra madre. Antes de venir a vivir a su casa no sabíamos que nuestra madre todavía tenía madre. Nosotros la llamamos abuela. La gente la llama La Bruja. Ella nos llama 'hijos de perra". Este fragmento da bien el tono de El gran cuaderno, la primera novela de Agota Kristof y la que la convirtió en un mito en países como Francia, Alemania o Japón. Escrita con frases cortadas a cuchillo, El gran cuaderno cuenta la historia de dos hermanos gemelos que pasan la guerra -una guerra- en casa de una abuela que no les quiere y a la que no quieren.

Cuando la novela, escrita en francés, se publicó en 1986, el mundo descubrió a una narradora novata de 51 años que llevaba 30 viviendo en el exilio. Kristof, que había nacido en octubre de 1935 en Csikvand (Hungría), cruzó la frontera austriaca en 1956 acompañada de su marido y de su hija de cuatro meses. Cargaban al bebé, una bolsa con pañales y otra con diccionarios. Su padre era maestro y a ella siempre le tentó la literatura. Se la quitó de la cabeza cuando su marido, implicado en la revolución contra el régimen prosoviético, tuvo que abandonar su patria.

La pareja fue enviada a la Suiza francófona y Kristof empezó a trabajar en una fábrica, cómo no, de relojes. El aislamiento y la monotonía hacían imposible aprender otro idioma. La única evasión posible era escribir mentalmente poemas en húngaro que más tarde traducía al francés que iba aprendiendo con la ayuda de su hija.

Con la lengua aprendida, Agota Kristof escribió una serie de obras de teatro que se estrenaron en cafés. Cuando se acercaba a los 50 años pasó dos redactando El gran cuaderno. Mandó la novela a Francia, a tres editoriales. Dos dijeron que era demasiado dura, que no tendría lectores. La tercera, Seuil, la publicó con un éxito que se tradujo en la venta de los derechos a 30 países, en la adaptación a la radio de las piezas teatrales y en una colección de galardones que incluye el Moravia de Italia, el Schiller de Suiza y el premio austriaco de Literatura Europea.

La obsesión por sus personajes hizo que Kristof prolongara sus peripecias en La prueba (1988) y La tercera mentira (1992), dos variaciones sobre un tema que requería pocas. La escritora hablaba de ellos como de "la trilogía" y su última edición española, en 2006, El Aleph los reunió en un solo volumen con el nombre de los protagonistas, Claus y Lucas.

En España, ese año fue el de la recuperación de una obra que cuenta con dos hitos más: la novela Ayer (1995) y la autobiografía La analfabeta (2004). Pese a estar escrita con la misma crudeza que su primera obra, o tal vez por eso, su autora se arrepintió de publicar la segunda. "Eran textos que habían salido en una revista. El editor francés no lo quiso y en Alemania le dieron el premio de la crítica", dijo en una entrevista con este periódico. En esa misma ocasión contó por qué había dejado de escribir: "La escritura es demasiado importante como para hacer algo que no me guste". Vivía en Neuchâtel, en un apartamento que, más que el de una celebridad, parecía el de una estudiante. Un piso tercero. Con ascensor. Y el ascensor, lo decía la propia Kristof, era muy importante. En los últimos años, dos hernias discales apenas la dejaban moverse. Y todavía le gustaba bajar al mercado./Javier Rodríguez Marcos Fuente: El País/LIVDUCA

miércoles, 27 de julio de 2011

Paraguay rinde homenaje al Bicentenario con un valioso aporte literario “Aproximación al mundo Roabastiano” enalteciendo al maestro Augusto Roa Bastos




Se ha presentado recientemente la Revista del PEN Club del Paraguay, con el sello editorial de Servilibro.

El texto corresponde a la edición N.º 20, lo que habla claramente de su elogiable continuidad en un medio en el que la cultura tiene todavía escaso protagonismo. Se trata de una edición especial en homenaje al Bicentenario de la Independencia Nacional.

Por demás importante es el ensayo, con secuencia cronológica, “Aproximación al mundo Roabastiano”, de Antonio Pecci, que, según mi visión particular, nos aproxima no solo a la obra y a algunas reflexiones del maestro, sino además a la sicología, al carácter, a ese verdadero propósito y esfuerzo humano que fue nuestro Premio Cervantes 1989.

En sus muchas visitas al escritor, al amigo, ya en el exilio, en Buenos Aires, Pecci ha tenido la gran capacidad de hacer una suerte de seguimiento de su personalidad, descubriendo en ella facetas, registros inesperados.

Melancólico es el poema “Para mi muerte”, de Renée Ferrer: Para mi muerte quiero/ aquella tarde lila/ y aquel sol declinante/ y esa tímida insinuación de las estrellas/ sobre el patio.

Por otra parte, el cuento “La maestra de Isla Margarita”, de Margarita Prieto Yegros, tiene, mediante un valioso logro lingüístico, el poder de ubicarnos en un pueblo, en una época puritana, y en una situación idílica de ribetes juguetones y sorprendentes: el casorio entre una maestra bizca y un cura párroco.

Posee sabor a sencillez, a gente nuestra, de tierra adentro, a cosas lindas y cercanas a los sentimientos este relato muy bien cerrado.

El ensayo relacionado con la narrativa paraguaya del último cuarto de siglo, escrito por Teresa Méndez-Faith, arroja muchas luces sobre la producción literaria de nuestro país y se constituye claramente en un valioso material de lectura que ayuda a comprender los núcleos temáticos recurrentes presentados en las obras de quienes hacen narrativa. Escribe la autora en estos términos: “El núcleo de temas que incluye el de la dictadura y el de la figura del dictador, igualmente estrenados en ‘Yo El Supremo’, está también muy visible en la narrativa de las últimas dos décadas”.

“Producción literaria paraguaya en el exilio”, de Emi Kasamatsu, penetra en el sentimiento desgarrador del exiliado, registra su proceso de adaptación y producción en un suelo extraño, para concluir con una afirmación al parecer irrebatible hasta la fecha: “Lo cierto es que las obras literarias desde el exilio siguen siendo las mejores, las más leídas y analizadas en el país y tal vez las más conocidas entre los lectores del exterior”.

Integran con sus obras la revista los siguientes poetas, ensayistas y narradores: Delfina Acosta, Princesa Aquino Augsten, María Eugenia Ayala, William Baecker, Gladys Carmagnola, Renée Ferrer, Iván González, Luis María Martínez, Domingo Rivarola, Fumino Tsuru, Abelardo de Paula Gomes, Efraín Enríquez Gamón, Víctor Jacinto Flecha, Emi Kasamatsu, Lorenzo Livieres B., Teresa Méndez-Faith, Antonio Pecci, Genaro Riera, Nelson Aguilera, Maribel Barreto, Catalo Bogado Rolón, Juan de Urraza, José Pérez Reyes, Óscar Pineda, Margarita Prieto Yegros, Guido Rodríguez Alcalá, Lourdes Talavera./Delfina Acosta/Poemas del alma/LIVDUCA

Libros que se destruyen físicamente para que se conserven digitalmente ¿Cuáles?






Digitalizar libros que las editoriales no ofrecen en ebook parece una tendencia que va ganando fuerza en algunos países. En el caso de Francia nos llega el ejemplo de Numèrise http://numerise.fr/ , una empresa web que ofrece a sus usuarios la posibilidad de pasar sus libros físicos a formato digital.

El caso de Numèrise sigue la estela de otras empresas, sobre todo japonesas, que llevan ya unos años ofreciendo sus servicios de digitalización. Hasta ahora, sin embargo, las empresas se ofrecían para trabajar con bibliotecas particulares enteras, con cientos de volúmenes, algo en lo que Numèrise se diferencia, ya que ellos trabajan libro a libro y cobran por número de páginas -de cinco a ocho euros las primeras cien páginas y luego en bloques de un euro- ofreciendo el resultado en PDF o en ePub.

Numérise.fr digitaliza tus documentos o libros de papel sin moverte de casa, pero con el método que ellos llaman "destructive":

"El método utilizado se denomina "destructivo" (solución radical a menudo utilizada por editores que no tienen los originales para pasarlos a digital). Para una digitalización óptima se cortan los bordes del libro. El cliente se conecta al sitio y hace un pedido para una exploración, con el formato final deseado (imagen PDF, PDF, texto Mobi, ePub). A continuación, sólo tiene que enviar la copia en papel por correo y Numerise.fr lo escanea. La demora entre la recepción de la obra y el envío de archivos es una semana corta.

"El libro de papel no será devuelto a su propietario en su estado original. Este es el principal inconveniente del método "destructivo"..."

¿Cómo ha logrado un sistema en el que trabajar con libros individuales? Bien, lo primero es que se aseguran, mediante una muestra del texto, que su sistema puede digitalizar bien el libro. Luego, tras recibir el libro físico por correo, lo desmontan y recortan para no tener que utilizar escáneres caros o tecnologías de doble cámara como ha hecho Google.

Por un lado, como negocio, han logrado optimizar el proceso, y, desde luego, es un buen servicio para aquellos que han dado el paso definitivo de abandonar el libro físico y abrazar el digital. Quizá con aquellos libros descatalogados, medio rotos y que todos tenemos cogidos con pinzas en la biblioteca, sea una buena opción, ya que muchos de esos libros se volverán quebradizos y, finalmente, desaparecerán.

Aún no está definido hasta qué punto las leyes de derechos de autor permiten la digitalización de un libro para uso personal por ejemplo en España y en Europa. En otros países, como Japón sí que está permitido dentro de los derechos de copia personal y se ha desarrollado una curiosa costumbre de «Hágalo usted mismo» (DIY) llamada Jisui «cocinar para uno mismo» que se dedica a pasar por un software de reconocimiento de caracteres (OCR) los libros físicos que se compran. Con un par de retoques quedan maquetados y los pasan a su ereader. Eso no es muy diferente de lo que ya pasa en España en algunas comunidades web, aunque la diferencia con Japón es que allí la copia queda estrictamente en el ámbito de lo personal.Fuente: bouquin.fr/Lecturalia/LIVDUCA