Ivette Durán Calderón
Mencionar a Cervantes implica
evocar al Quijote, principal protagonista de la obra cumbre del autor español,
considerado padre de las letras hispanas. Todo lector que se ha inmerso en las
obras literarias y poéticas cervantinas, sabe que no hay parangón posible.
Miguel de Cervantes es independiente de su mítico caballero andante, puesto que
Alonso Quijano es uno más —aunque el más relevante—, de sus personajes.
Podría decirse que las
andanzas de aquel ingenioso hidalgo, eclipsaron el bagaje literario que nos
legó Miguel de Cervantes. Pero quien lee a Cervantes no puede dejar de leer sus
creaciones, busca más y finalmente le queda el sabor a poco; permanece el deseo
de ahondar en la inventiva, la imaginación, la creatividad y la ucronía —en
muchos casos—, de la que se valió el genial escritor para transportarnos a su
época y consiguientes acontecimientos. Ese saber situarnos entre lo real y lo
imaginario, es lo que consolida al genio cervantino.
Los países que se sienten —desde tiempos remotos—, muy honrados por haber sido elegidos primero, como posibles puestos de destino, y citados después, en las diferentes obras de Cervantes, no caben en sí por el regocijo que les produce la oportunidad de mantener viva la llama literaria hispana, siendo don Miguel, crisol inconfundible de la lengua castellana.
Bolivia, es uno de los países
privilegiados; así lo han manifestado en diferentes oportunidades y épocas
históricas los intelectuales bolivianos, quienes estuvieron y están conscientes
de que se debe dar continuidad a la consuetudinaria iniciativa de conmemorar a
Cervantes, adhiriéndose cada 23 de abril —Día Internacional del Libro—, a la
multinacional lectura maratónica y colectiva que supera las 24 horas desde el
año 2013. Este evento congrega a invitados especiales y voluntarios
pertenecientes a los más diversos grupos etarios y de actividades diversas,
quienes a través de sus voces dan vida a cada uno de los pasajes y personajes
de la magistral creación cervantina. Cabe destacar que, en esta cadena, no sólo
el idioma español está presente, también tienen su espacio voces de otras
lenguas para leer El Quijote a través de sus embajadores culturales y gente
inmersa en el tema.
Son más de doscientas, las
obras adaptadas en múltiples lenguas y estilos, aunque se dice que Don Quijote
se ha traducido aproximadamente a 145 idiomas. Oficialmente circula en el
Instituto Cervantes de España la colección «Traducciones del Quijote» compuesta
por cincuenta traducciones del primer capítulo del Quijote pertenecientes a más
de 200 obras en múltiples lenguas, sumándose el año 2016 con gran beneplácito,
las traducciones en quechua y guaraní; idiomas, que junto al aymara, son los
más hablados después del español, en los países andinos.
No todo se ha dicho sobre
Cervantes —pese a que durante estos cuatrocientos años se haya escrito sobre él
y su Quijote ininterrumpidamente—, porque permanentemente es un tema actual, en
todas las épocas forma parte de la cultura universal y al día de hoy se
incorporan todos los medios electrónicos y las redes sociales; así lo demuestra
la curiosidad que despertó el año 2002 la traducción de El Quijote al
“spanglish” por el escritor norteamericano Ilan Stavans; asimismo, Diego
Buendía, informático español, creó el “El QuijoTweet” (paraTwitter, hoy “x”), e introdujo el texto
de El Quijote en 17.000 twits de 140 caracteres cada uno, a partir de 2014
hasta 2016.
Corolario de este gran emprendimiento, es el proyecto “Cervantes en rap” de La Fundación
Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro consistente en un concurso internacional abierto a todos los raperos amantes de la cultura urbana, llevados a cabo —respectivamente— en Ciudad Real, España y Guanajuato, México, en la 51 versión del acreditado Festival Cervantino, uno de sus directores, Jorge Volpi acuñó la frase: “la ciudad de Guanajuato es considerada la tumba de don Quijote” —sí, la de don Quijote, no la de Cervantes, perseguida en vano—. La mentada “tumba” se encuentra al lado del monumental Teatro Juárez, allí fue solemnemente enterrada una edición especial con una placa que dice: “Quien afirme que Don Quijote está en esta tierra enterrado, jamás mentirá”.
Literatos, poetas,
científicos, investigadores, militares, psicólogos, sociólogos, místicos, antropólogos,
lingüistas, filántropos e historiadores han dedicado sendos trabajos al
respecto. Es así que, Cervantes a partir del siglo XVI pasó a ser de un
escritor entretenido, a un representante de la realidad y la ficción
exquisitamente fusionado en el romanticismo del siglo XIX. En pleno siglo XXI,
el Quijote sigue siendo el germen de la literatura moderna y nervio motor de la
escritura actual para los países hispanohablantes.
Es este el epicentro de
aquella delgada línea que separa a Miguel de Cervantes de don Alonso Quijano, puesto
que una cosa es: haber traducido a muchas lenguas una de las obras de Cervantes
en su primera y/o segunda parte: —El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha
(I) y El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha (II) —, y otra: apreciar
todas las obras literarias de Miguel de Cervantes Saavedra, padre de la
literatura española y referente internacional del idioma español.
Con gran convicción sostengo
que el placer de leer se coarta cuando la lectura es impuesta. De hecho, leer
la obra original de El Quijote obliga a recurrir al diccionario para aclarar
ese giro idiomático, buscar esa palabra que nunca habíamos escuchado, o
recordar algunos términos ya en desuso. Cabe destacar el ingenio y habilidad de
variadas adaptaciones modernas que acercan a la juventud a Miguel de Cervantes.
Así como Miguel de Cervantes
—a través de don Quijote— tuvo y tiene gran influencia en creaciones y
recreaciones sobre muchos escritores de talla internacional, no es menos cierto
que se cuenta entre ellos a un buen número de intelectuales bolivianos:
Ricardo Jaimes Freyre
(1868-1933), escribió la pieza El mundo de Cervantes y el de don Quijote, y una
reseña del libro Vida de Don Quijote y Sancho, de Miguel de Unamuno
(publicaciones realizadas en Tucumán, Argentina— infechadas—).
Particular importancia cobra
en este trabajo, citar la compilación de autores bolivianos que dedicaron su
intelecto a las obras de Cervantes y a su principal personaje: don Quijote.
Resulta de gran ayuda el trabajo realizado el año 2009 por el profesor boliviano
Luis R. Quiroz, estudioso cervantino radicado en Estados Unidos, al formularse
la pregunta: ¿Qué hay en Bolivia acerca de Cervantes y el Quijote? el fruto de
su investigación arroja cincuenta y nueve trabajos diversos de cuarenta y ocho
escritores.
No son todos los que están, ni
están todos los que son estudiosos quijonianos, más que cervantinos. Honra
entera merece el autor de aquel célebre Quijote, don Miguel de Cervantes
Saavedra, cuya pluma y memoria encomiamos con este humilde trabajo desde una
perspectiva diferente, con todo el agradecimiento que debe el pueblo potosino a
tan preclara mente, puesto que estuvo presente en sus pensamientos e
imaginación cuando surcaba ignotos parajes argentarios y citaba con respeto y
admiración la valía del gran Potosí en sus variados e inmortales trabajos.
Potosí no es una ciudad cualquiera, ni el Cerro Rico una montaña más.
Sin duda alguna, por la
evocación profesada a esta tierra, por su cariño y sus letras, Miguel de
Cervantes Saavedra ¡vale un Potosí!
Biografía
Ivette Durán Calderón,
potosina de nacimiento, radicada en Europa, es jurista, investigadora histórico
social, escritora y poetisa. Acreditada como investigadora del Archivo de
Indias en Sevilla, España y del Archivo General de la Nación de México; Archivo
de la Casa Nacional de la Moneda de Potosí, Bolivia; ponente en temas
indianistas, virreinales y como especialista en temas de inmigración y
extranjería en Estados Unidos, Europa y Latinoamérica. Socia corresponsal de la
Sociedad Geográfica y de Historia de Potosí-Bolivia. Ponente de temática
jurídica, histórica y social, autora de diferentes libros, artículos e
investigaciones a nivel nacional e internacional.
El presente artículo ha sido
extraído del libro del mismo nombre “Cervantes, vale un Potosí” de la misma
autora.