Tras algunos días de negociaciones diplomáticas, la embajada de Irán en Brasilia resolvió hacer público un comunicado en el cual se desmiente que “la publicación y circulación de las obras del autor brasileño” estén prohibidas.
En ese texto que surgió tras la investigación al respecto que inició el canciller Antonio Patriota, la embajada de Irán señala a Arash Hejazi, el editor de Coelho en Teherán, como responsable de este dato falso ya que, según dicen, es “opositor y fugitivo del régimen”, tal como reproduce la agencia AFP.
Los libros de este exitoso exponente del ámbito literario, insistieron las autoridades, “son publicados actualmente en Irán con gran tirada y están disponibles en las librerías”.
Una vez que trascendió la postura del país involucrado en este episodio y el novelista recobró la tranquilidad, Coelho aprovechó su blog personal para agradecerle “al gobierno brasileño, al ministerio de Cultura, el de Relaciones Exteriores y a la presidenta Dilma Rousseff el apoyo firme y definitivo” que le han dado a partir de que comenzó a circular el rumor de una posible censura hacia su obra. Ese respaldo de las autoridades, afirmó el creador de títulos como “El Alquimista”, “fue más significativo de lo que se imaginan”.
Ahora que quedaron atrás las sospechas de trabas gubernamentales hacia la libertad y el derecho de expresión, Paulo Coelho podrá disfrutar en paz las repercusiones internacionales de su labor como escritor.
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